Realizarar el Camino de Santiago no es solo una peregrinación para el alma, sino también un festín para los sentidos. Aquí tiene una lista de imprescindibles gastronómicos y bebidas regionales que no debe dejar de probar durante su recorrido:
León
León es un lugar fantástico para degustar platos tradicionales de la cocina castellana, como la cecina (carne de vacuno curada y ahumada) o la morcilla de León. Los vegetarianos pueden disfrutar de una reconfortante sopa de ajo (elaborada con ajo, pimentón, pan y huevo). Para acompañar la comida, nada mejor que un vino prieto picudo, un tinto procedente de los viñedos leoneses.
Astorga y El Bierzo
Para el desayuno en Astorga, le recomendamos acompañar su café con mantecadas y hojaldres locales. Para una cena contundente, pruebe el cocido maragato, un guiso de tres vuelcos con garbanzos, carne y caldo, que se come al revés de la manera tradicional española: primero la carne, y por último la sopa.
Al adentrarse en la región vinícola de El Bierzo, no deje de probar el vino mencía, un tinto afrutado y profundo. Entre los platos más típicos se encuentran el botillo del Bierzo (embutido cocido lentamente con patatas y berza), los pimientos del Bierzo (pimientos rojos dulces asados) y las castañas del Bierzo (castañas asadas).
Galicia
Al cruzar las montañas hacia Galicia, notará que el marisco cobra un protagonismo especial en la gastronomía local. El plato estrella es el pulpo a la gallega o pulpo a feira (pulpo cocido aliñado con pimentón, sal gruesa y aceite de oliva). El pequeño pueblo de Melide es especialmente conocido por su pulpo, aunque podrá encontrarlo en casi todos los pueblos de esta región. Otro plato muy tradicional es la empanada gallega, una masa rellena de atún, carne o marisco. Todo ello marida perfectamente con una copa de vino blanco albariño, fresco y afrutado.
Santiago de Compostela
¡Santiago es una auténtica joya gastronómica! Le recomendamos hacer una ruta de tapas para probar una gran variedad de platos locales. El marisco es, sin duda, un punto fuerte, aunque los platos tradicionales gallegos de cerdo como el raxó o la zorza también gozan de gran popularidad. Para terminar su aventura culinaria, no puede faltar una porción de tarta de Santiago, un bizcocho de almendra espolvoreado con azúcar glas y decorado con la cruz de Santiago. Si le interesa la herencia celta de Galicia, puede reservar una queimada: una bebida alcohólica gallega elaborada con orujo, azúcar, corteza de limón y granos de café, preparada en un ritual tradicional por una meiga (bruja).